La industria manufacturera es la más grande de México, aproximadamente aporta el 19% al PIB y de ahí, en el top 100 de las empresas manufactureras, 40% tiene que ver con el sector automotriz, que además está en crecimiento pese a la pandemia. El 75% de las maquiladoras está relacionado con compañías norteamericanas, lo que refleja los beneficios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Marcos Castillo, director general de Prosegur México, comentó que, a partir de esta realidad, hay que entender las prioridades del sector y es donde la seguridad privada aporta mucho valor; dentro de los temas de la manufactura, tiene que ver la parte de reducir costos y capital de trabajo, así como mejores productos y de mejor nivel.
“La seguridad privada es una industria que habla de una transformación 4.0, una transformación digital, y dentro de esos retos entra el apoyo a la productividad, especialización, suministro y cumplimiento de las manufacturas. Cuando tienes todo ese marco, la seguridad privada pasa por dejar de hablar de personas y hablar de soluciones integradas a la medida. Entre más evoluciona la industria manufacturera hacia donde tiene que ir para alcanzar objetivos, más necesita este tipo de soluciones, más allá de las personas o guardias de seguridad, sino tecnologías como control de accesos, experiencia del cliente, información de la planta, de los procesos, ayudar con las líneas productivas ante cualquier amenaza de falla o paro repentino”, indicó Castillo.
De igual forma, el directivo expresó que “el montarnos como seguridad privada en este proceso de transformación del sector manufacturero es el principal punto donde se aporta valor y ayuda a alcanzar los objetivos de transformación. El modelo tradicional es tener vigilantes y en el mejor de los casos, cámaras. El modelo 4.0 de hacer seguridad aporta tecnología integral, es decir, un sistema que habla, se comunica e interactúa de manera inteligente con la parte humana”.
Por último, indicó que “la industria es una cadena, las grandes compañías van a empujar poco a poco a las pequeñas. La seguridad no necesariamente es cara. Un sistema bien estudiado y entendido para la necesidad del cliente puede ayudarlo a acceder a información importante de su planta, previniendo accidentes. Hay miedo a evolucionar, pero la perspectiva hacia delante es la misma necesidad de productividad que obligarán a la industria que evolucione, tomen riesgos, sean valientes y se den cuenta que la tecnología pueden obtenerla a un costo bajo con un máximo aporte de valor”.
