Cotos habitacionales carecen de personal capacitado y de sistemas que permitan controlar el flujo de población flotante en su interior, señala experto.
Ante la proliferación de robos a casas en fraccionamientos privados, Francisco Salazar Soni, especialista y consultor en temas de seguridad, señaló que se trata de un esquema donde lamentablemente podría participar el crimen organizado; en tanto, el personal de protección de esos cotos habitacionales es más bien utilizado como servidumbre y carece de la capacitación y preparación para brindar seguridad.
Añadió que, en el flujo de renta y venta de inmuebles, hay personas que entran y salen; en muchas ocasiones está involucrada la delincuencia organizada.
“Muchos fraccionamientos privados no cumplen con las normas mínimas de coproducción de seguridad, es decir, necesita haber un involucramiento intramuros de los propios colonos. Las actividades de protección son relegadas las más de las veces a sujetos recomendados por los propios colonos, que conocen al cuate del cuate que tiene una empresa de seguridad”, indicó.
En ocasiones el problema de inseguridad es ocasionado por quienes tienen no el deber, sino el compromiso laboral de brindar seguridad, para eso les pagan y para eso fueron contratados, pero los contratos pueden ser bastante leoninos o complejos en su entendimiento, alcances, límites y responsabilidades.
Otro aspecto es que no tienen reglamentos de autoprotección en seguridad y si los tienen, están mal elaborados o no son respetados, “escoltas, choferes, quienes rentan y venden inmuebles, las fiestas o eventos privados, los visitantes, así como las propias construcciones que se estén llevando a cabo, existe una población flotante que día a día deambula por los fraccionamientos sin control alguno”, detalló.
El especialista en temas de seguridad aseveró que hay casos en los que se compran o rentan las casas en los fraccionamientos privados para lavado de dinero o son habilitadas por amigos y socios del crimen organizado.
