¿Los sistemas de CCTV son realmente costosos o difíciles de instalar? ¿Son un lujo? ¿Pueden filtrarse las falsas alarmas? Un experto desde Hikvision responde a estas preguntas.
En muchas empresas, organizaciones, conjuntos residenciales o de oficinas, entre otros, todavía piensan que un sistema de videovigilancia puede resultar excesivo para las labores de seguridad o hasta costoso, pero las cifras muestran lo contrario.
Si tan solo nos enfocamos en una industria (comercios) se dimensiona la importancia de estas soluciones. Veamos algunas cifras para poner este problema en contexto.
El 50 % de las personas que sufren algún robo en su casa, oficina o local, instalan cámaras después del suceso.
Los robos hormiga, según Fenalco en Colombia, crecieron entre 2018 y 2019, al pasar de $546.719 a $589.747 millones de pesos, lo que significó un aumento de 7,8 %.
Desde sus comienzos la videovigilancia ha sido un aliado para contrarrestar este tipo de robos y hoy en día mantiene su constante evolución para ser más eficiente. Mucho se ha hablado al respecto, hoy desde Hikvision, presentamos algunos mitos y verdades que se han tejido a su alrededor.
“Uno de los principales mitos es el costo elevado de esta tecnología. La realidad es que puedes tener un CCTV básico por el mismo precio de un celular de gama media. El segundo mito es que la configuración solo la hacen ingenieros especializados, tampoco es cierto, estos equipos cada vez son más fáciles de configurar, incluso para agregarlos a una aplicación en el celular, solo es tomar una foto a un código QR y listo”, detalló Rubén Trujillo, Presales Engineer de Hikvision.
Otro mito común es pensar que estos sistemas no son necesarios, que son excesivos o lujosos, pero la realidad indica que cerca del 50 % de las personas que sufren algún robo de su casa, oficina o local, instalan cámaras después del suceso.
Ahora, algo que sí es cierto, es que al momento de instalar este tipo de sistemas se debe cumplir con algunos parámetros y lineamientos para hacer eficiente la configuración e instalación.
Lo más importante es que los usuarios tengan claro qué necesitan vigilar y que establezcan con claridad los parámetros más adecuados para sus necesidades, por ejemplo el tiempo de grabación que requieren.
Para ejemplificar la situación, si se quiere vigilar la entrada de un parqueadero y el ingreso principal de un lugar, entonces se hace la advertencia para que el video de dichos puntos quede guardado en la memoria por un tiempo específico, es decir, si se quieren 15 días de memoria o si se requiere de un mes, eso dependerá del tipo de uso que se le da al sitio.
Otro de los puntos que se debate a menudo sobre las cámaras es que generan falsas alarmas con regularidad.
Sobre este aspecto, Trujillo explicó que el CCTV es una herramienta muy poderosa, con la capacidad de hacer análisis sobre los videos en tiempo real, que con su tecnología genera alertas cuando detecta movimientos.
Los operadores filtran esas alertas falsas producidas por alguna actividad como movimientos de animales, entre otros, para dar el aviso correcto.
“En ese orden de ideas, los avances han permitido desarrollar la tecnología AcuSense, un concepto de inteligencia incorporado a las cámaras y grabadores, con el fin de que los sistemas sepan distinguir de forma precisa vehículos, humanos y objetos, en otras palabras, desde hojas de árboles, la lluvia, sombras y animales. Hikvision, ha venido trabajando con esta plataforma en el mercado, evitando esas molestas falsas alarmas”, expresó Trujillo.
Para concluir, agregó que los espacios en los que se recomienda su uso —principalmente— son los perímetros y el interior de almacenes, fábricas o áreas restringidas, con el propósito de enviar alertas en tiempo real a las centrales de monitoreo o a las aplicaciones de software y APPs.
Adicionalmente, las cámaras tienen la capacidad de emitir señales disuasorias de audio y luz para evitar la comisión de delitos.
