LAS BATERÍAS DE LITIO SERÁN CLAVE PARA ESTAR EN EL TOP 10 DE PRODUCCIÓN DE AUTOS

México es hoy el séptimo mayor fabricante de vehículos a nivel global pero, para mantener este estatus, es necesario detonar una cadena de producción de baterías de litio.

Por Ivet Rodríguez

A medida que los grandes fabricantes de automóviles, como Volkswagen, Toyota y General Motors, hacen ambiciosas promesas sobre la transición a un futuro electrificado y libre de emisiones, una cosa se está volviendo obvia: necesitarán muchas baterías de litio en el futuro.

La demanda de este componente indispensable para el funcionamiento de los vehículos eléctricos ha provocado una fiebre por el mercado del litio que tiene a inversionistas, empresas establecidas y nuevas, e incluso a los gobiernos, compitiendo por desarrollar la tecnología y construir las fábricas necesarias para producir millones de coches eléctricos cada año.

México es hoy el séptimo mayor fabricante de vehículos del mundo y varios especialistas consultados opinan que, para mantener este estatus, es necesario detonar una cadena de producción de baterías de litio, que vaya desde la extracción del metal hasta la producción de las celdas para las baterías.

“La tecnología ya está disponible, pero ahora los fabricantes dependen de la infraestructura montada en cada país”, dice Gerardo Gómez, director de J.D. Power México. “No solo es fabricar eléctricos en un país porque suena fancy, necesitamos de la infraestructura que soporte esta producción”, afirma Holger Nestler, presidente de Volkswagen en México.

Deloitte estima que los vehículos eléctricos representarán el 32% de las ventas de automóviles nuevos para 2030. Eso aumentaría la demanda de baterías en aproximadamente 10 veces más de lo que las fábricas pueden producir actualmente. Y esa es una estimación conservadora. Algunos analistas esperan que las ventas de vehículos eléctricos crezcan mucho más rápido.

Gómez, de JD Power México, es uno de ellos. Sus estimaciones elevan hasta el 45% el porcentaje de vehículos que serán completamente eléctricos a nivel global para 2030. “La mitad del mercado mundial migrará hacia la electrificación en la siguiente década y la adopción será más acelerada en mercados como la Unión Europea, China y Estados Unidos”, dice.

Aunque el analista prevé que esta adopción sea relativamente lenta en México –alrededor de 12% de los autos nuevos vendidos serán eléctricos en 2030–, el que alrededor del 80% de la producción actual se exporte a los mercados que serán punta de lanza en electrificación debe prender las alarmas en el país. México ahora tiene una escala de producción automotriz de alrededor de tres millones de unidades y una cercanía con el mercado estadounidense que puede resultar atractiva para que los fabricantes de baterías se instalen en el país, a medida que más armadoras anuncian inversiones para incorporar modelos electrificados en sus líneas de producción.

Hoy, la fabricación de baterías está dominada por empresas como Tesla, Panasonic, LG Chem, BYD China y SK Innovation, casi todas con sede en China, Japón o Corea del Sur. Pero muchos jugadores nuevos están entrando a este mercado y los inversionistas están abriendo sus billeteras a las nuevas empresas que estén cerca de lograr mejoras importantes en la tecnología.

Baterías de litio: el negocio que México no debe dejar pasar

Las baterías para un automóvil eléctrico mediano cuestan alrededor de 15,000 dólares, aproximadamente el doble del precio que deben tener para lograr que los automóviles eléctricos tengan un precio similar al de los modelos a gasolina.

Esos ahorros se pueden lograr haciendo decenas de pequeñas mejoras, como reducir el desperdicio de materiales que se utilizan para fabricar una batería –hoy se desperdicia 10% debido a métodos de producción ineficientes– o producir baterías cerca de las fábricas de automóviles para evitar los costos de envío.

Ford ya produce modelos completamente eléctricos en México, mientras que GM lo hará a partir de 2023. Otras marcas, como Mazda o BMW, ensamblan vehículos con motorizaciones híbridas en sus plantas mexicanas. Mazda recientemente arrancó en la planta de Guanajuato la producción de versiones con sistemas mild-hybrid de los modelos CX-30 y Mazda3. BMW fabrica una versión híbrida de su modelo Serie 3 en la planta de San Luis Potosí.

Ahora, las baterías para estos modelos se importan de otros mercados, principalmente de Asia, pero la necesidad de contar con una cadena para producir baterías de litio será más evidente, conforme más fabricantes quieran producir nuevos modelos eléctricos.

Estados Unidos y la Unión Europea están inyectando fondos gubernamentales a la tecnología de baterías. Europa está subvencionando la producción de baterías para evitar depender de los proveedores asiáticos –la escasez mundial de chips dejó claro el riesgo de depender de una sola región proveedora– y preservar los puestos de trabajo en la industria automotriz. En septiembre del año pasado la Comisión Europea, el brazo administrativo del bloque, anunció un fondo de 2,900 millones de euros (aproximadamente 3,500 millones de dólares), para apoyar la fabricación y la investigación de baterías.

También se espera que Estados Unidos promueva la industria de acuerdo con el enfoque del presidente Joe Biden de ampliar la adopción de los autos eléctricos como una medida para frenar el cambio climático. Varias fábricas de baterías se encuentran en fase de planificación o construcción en ese mercado, incluida la que General Motors construye con LG en Ohio.

México tiene los recursos –Bacanora tiene en marcha en Sonora un proyecto de extracción de litio que le permitirá producir 17,500 de toneladas anuales en una primera a partir de 2023– y hoy fue publicada una reforma a la Ley Minera donde queda establecido que el litio solo podrá ser extraído y comercializado por el Estado mexicano y cierra la puerta, al menos por ahora, a las inversiones privadas en el mercado.

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Con esto, el Estado concentrará las actividades de extracción y explotación del metal blando y eso preocupa a los inversionistas. “Está el riesgo de que nos quedemos en la extracción de litio. Pemex, por ejemplo, se enfocó durante décadas en la extracción más que en la refinación de petróleo. Esto dejó al país expuesto a las variaciones de los precios internacionales del petróleo”, señala un experto en el tema que pidió el anonimato.

El litio se mueve en un mercado aún más volátil que el petróleo, con lo que los analistas opinan que construir una cadena de producción de baterías será crucial para que el país mantenga su posición como uno de los 10 mayores fabricantes de vehículos en el mundo.

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