LA PANDEMIA CONSOLIDA EL PROTAGONISMO DE LOS ‘INFLUENCERS’ EN LAS NUEVAS FORMAS DE CULTURA DIGITAL

En el año más duro para la cultura, que ha sufrido pérdidas millonarias por el confinamiento y las posteriores restricciones de público, el sector se ha visto obligado a hacer frente a una profunda aceleración en su proceso de transformación digital, obligado por las circunstancias. Es la principal conclusión que arroja el ‘Anuario de cultura digital’, elaborado por Acción Cultural Española y difundido este miércoles, que apunta a la consolidación de la convergencia entre las estructuras tradicionales y las nuevas formas de creación culturales, con la figura del ‘influencer’ como paradigma.

Como apunta José Andrés Torres Mora, presidente ejecutivo de Acción Cultural Española, en la introducción del informe, el sector cultural ha tenido que adelantar y generalizar respuestas que apenas estaba ensayando, e incluso improvisarlas: «Si hace unos años nos preguntábamos cómo serían en un futuro digitalizado los encuentros profesionales, ahora tenemos una buena muestra de encuentros profesionales digitales que analizar y evaluar. Si nos preguntábamos por el efecto de la digitalización en las artes escénicas, ahora tenemos una multitud de respuestas. Y lo mismo podemos decir de los museos, las galerías de arte o las bibliotecas».

Tomás Balmaceda añade que el gran cambio del año de la pandemia corresponde con una «transformación cultural», no solo una transformación empresarial o tecnológica: «Es transgeneracional e inevitable: está ocurriendo en estos momentos y es, en realidad, un cambio mucho más profundo que ya no habla solo sobre las herramientas de producción y difusión de cultura (en donde hoy la tecnología juega un rol central, aunque no omnipresente), sino que implica un nuevo tipo de mirada sobre el mundo a partir de lo que sucede con la sociedad y las personas que la componen».

El informe hace hincapié en el peso creciente de las redes sociales, los portales de entretenimiento y de noticias, las plataformas de ‘streaming’ y las nuevas fuentes y formas de educación remota: «Todos requieren nuestra atención, exigen nuestro tiempo, nuestros datos y nuestro dinero». Según Balmaceda, se trata de un cambio conceptual para el que hay que tener en cuenta, como protagonista, a un nuevo actor: el ‘influencer’. «Es una figura en plena construcción pero que se ha afianzado no solo a nivel global, sino también en nuestro país. Sin embargo, hay sobradas pruebas de que puede convertirse en una oportunidad única para alcanzar de manera eficiente y perdurable a distintas audiencias», señala.

La crisis del coronavirus ha acelerado la irrupción del ‘influencer’ en el mundo de la cultura, que avanza hacia «realidades mixtas en las que la transformación digital estará consolidada y será el escenario compartido entre entornos virtuales y analógicos». «El ser digital –añade– está tomando el lugar de la existencia física analógica: es más permanente, durable, tangible y demostrable». Y concluye: «En 2020 confirmamos que nuestro principal objetivo al crear, distribuir, comunicar y consumir cultura es la relevancia. Esto se acentuará en el futuro inmediato y se encontrará con numerosos obstáculos que surgen en esta realidad digital en la que estamos inmersos».

Adaptación
El anuario de Acción Cultural repasa también cómo el sector de la cultura ha hecho frente a los retos del coronavirus. El cierre temporal de los teatros y espacios de artes escénicas, por ejemplo, obligó a las salas a buscar enfoques digitales para poder seguir compartiendo su trabajo: «La transmisión se convirtió en la corriente principal no solo para las grandes instituciones, sino también para las organizaciones con poco o ningún pedigrí digital previo y aparecieron nuevas startups de teatro digital que llenaron el vacío cultural causado por la pandemia».

El mundo de los libros pudo capear mejor el temporal. Pese a la incertidumbre inicial, una vez que comenzaron a abrir las librerías se observó que las ventas se recuperaban y que en algunos meses se mejoraban incluso las cifras de 2019. Se prevé que el mercado interior acabe con una caída inferior al cinco por ciento, incluso se cree que puede cerrarse con un resultado positivo, si se consolidan algunas tendencias esperanzadoras.

Sobre los museos, el informe apunta que la pandemia puso de manifiesto que deberían haber estado mejor preparados para el reto digital: «La transformación digital ya estaba ahí, pero para muchos era aún una asignatura pendiente, un proceso a plantearse. Ahora ya se está asumiendo que lo digital no es un añadido opcional, sino que debe formar parte integral del quehacer del museo en todas sus vertientes». El confinamiento trajo consigo una actividad digital sin precedentes, con los museos lanzándose a difundir los contenidos digitales de que disponían.

En lo referido a las nuevas maneras de comunicar, el anuario señala el crecimiento de redes sociales como TikTok, que «estalló al ritmo del auge de memes, cadenas y challenges de baile protagonizados por gente confinada», y el aumento del consumo de podcasts. En el primer trimestre del año 2020 se registró un incremento del 25 por ciento.

Mayo-Junio 2021

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