Construidos sobre manantiales cuyas aguas tienen propiedades únicas, los establecimientos termales ofrecen tratamientos relajantes y antiestrés que pueden servir de ayuda para tratar las enfermedades y trastornos mentales
Los balnearios son lugares únicos y su emplazamiento no lo elige el hombre, sino la naturaleza. Allá donde nace un manantial de aguas termales mineromedicinales, se puede construir un establecimiento de estas características. Por eso, las estaciones termales están en lugares únicos en los que brotan las aguas curativas.
Ya de entrada, los balnearios invitan a la relajación y a la calma porque están emplazados en lugares únicos, en pequeños pueblos rodeados de naturaleza. Un estudio publicado en la revista Nature concluyó que las personas que tienen contacto frecuente con la naturaleza gozan de una mejor salud mental.
Distintas aguas
En función de sus propiedades, hay aguas que ayudan a depurar, a eliminar dolor, a calmar el sistema nervioso
Los muchos beneficios de las aguas termales son conocidos desde tiempos muy antiguos. Se sabe que los romanos disfrutaban de los beneficios de las aguas que brotaban en Alhama de Aragón, donde hoy se encuentra Termas Pallarés, con su espectacular lago termal. En Granada, el Balneario de Graena se levanta sobre unos antiguos baños árabes y fueron los mozárabes los primeros en beneficiarse de las aguas de Lanjarón.
“Los efectos terapéuticos y beneficios de las aguas termales mineromedicinales han sido ampliamente demostrados por la ciencia, tanto en el plano físico como mental”. Así habla Ángela García Matas, directora médico de Balnearios Relais Termal, principal cadena española. En función de sus propiedades, hay aguas que ayudan a depurar, a eliminar dolor, a calmar el sistema nervioso… “hay muchas afecciones que mejoran notablemente con un programa termal bien diseñado”. Y, desde luego, son una estupenda opción para realizar tratamientos que mejoren la salud mental de los pacientes.
Esta doctora con especialidad en hidrología médica explica que “cada vez son más las personas que llegan a los balnearios buscando la calma del entorno y los muchos beneficios curativos y relajantes de sus aguas, aplicadas en forma de muy diversos tratamientos”. Baños de inmersión o de burbujas, ducha escocesa, baños de vapor, masajes, peloides y fangoterapia son sólo algunas de las técnicas propuestas.
El informe Técnicas y Tecnologías en Hidrología Médica e Hidroterapia (Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Instituto de Salud Carlos III), dedica un capítulo a las afecciones neurológicas y psiquiátricas. La médico hidrólogo y neuróloga Ángeles Ceballos explica que la cura balnearia en afecciones neurológicas y psiquiátricas “es un coadyuvante para el mantenimiento en determinados estadios clínicos, paliar la evolución de una enfermedad o una posible recuperación”.
De todas las existentes, el informe aconseja, preferentemente, el empleo de este tipo de aguas termales mineromedicinales:
Aguas radiactivas
Se comportan como “sedantes, analgésicas, relajantes y reguladoras del equilibrio neurovegetativo”. Como ejemplo, el Balneario de Caldas de Reis en Pontevedra, el de Cestona, en Guipúzcoa, y Termas Pallarés, en Zaragoza.
Aguas cloruradas
Son “esencialmente estimulantes”. Se pueden encontrar en los balnearios catalanes Montbrió en Tarragona, Caldes de Montbuy en Barcelona o el Balneario de Lanjarón en Granada.
