EL TAXI AÉREO, LLAMADO A REVOLUCIONAR LA FORMA DE CONCEBIR EL TRANSPORTE

La compañía Uber asegura que sus primeros taxis áereos operarán en 2023. El taxi volador, no obstante, es ya una realidad en Viena. Lo ha fabricado la empresa china EHang y ya ha hecho sus primeros vuelos en la capital austriaca. Está impulsado por 16 hélices y cuenta con una autonomía de vuelo de 35 kilómetros.

Los primeros taxis áereos de Uber, que funcionarán bajo la denominación de Uber Air, operarán en el año 2023, un sistema de transporte que forma parte de un futuro que “ya está aquí”, ha dicho el Jefe de Asuntos Internacionales de Uber, Matthew Devlin.

En una conferencia en la Cumbre Mundial del Turismo en Sevilla, Devlin ha señalado que se trata de un sistema de transporte indispensable en grandes ciudades, ha recordado que la mitad de la humanidad ya vive en ciudades y que para 2050 habrá 2.500 millones de personas más en las urbes.

En esas ciudades sobrepobladas hay presiones que tenemos que gestionar y “seguramente la más visible es el trafico”, en el que hay que aplicar “ideas productivas e inclusivas desde el punto de vista medioambiental”.

Por ello, ha defendido el sistema de taxis aéreos que se gestiona desde Uber Air, y que ya está realizando sus primeras pruebas piloto en Dallas y Los Ángeles (Estados Unidos).

En ambas ciudades se confía en realizar los primeros vuelos de prueba en 2020, y comerciales en 2023, mediante un sistema de pequeños aeródromos que estarán instalados en lo alto de edificios, y que se comunicarán con otros en distintas zonas de la ciudad para facilitar traslados rápidos en pequeños aviones y con grupos reducidos.

Matthew Devlin ha dicho que “la experiencia Uber Air” forma parte de un sistema de aviación abierta que tiene que solventar en parte el problema del tráfico en las ciudades.

La experiencia de Viena

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es un taxi volador! y ya funciona en Viena. La capital austriaca ha sido el escenario de este avance tecnológico que revoluciona la forma de concebir el transporte público.

En concreto, se trata de un dron biplaza eléctrico no tripulado de la empresa china EHang. El EHang 216 despega de forma vertical, impulsado por 16 hélices, cuenta con una autonomía de vuelo de 35 kilómetros, alcanza una velocidad de 130 kilómetros por hora y cuesta unos 300.000 euros.

Los directivos de la compañía china quieren reducir sustancialmente ese coste cuando el aparato se produzca en serie con la ayuda de su socia, la empresa aeroespacial austríaca FACC.

“Desde el aeropuerto de Nueva York hasta Manhattan, un trayecto en helicóptero cuesta 800 dólares, mientras que tomar un taxi vale entre 70 y 85 dólares y tarda entre una y dos horas, dependiendo del tráfico”, explicó el presidente de FACC, Robert Machtlinger.

El objetivo es que ese trayecto en taxi volador sea igual de rápido que un helicóptero pero cueste sólo entre 50 y 85 dólares, lo mismo que un taxi, confió Machtlinger en rueda de prensa.

Derrick Xiong, cofundador de EHang, indicó que esta nave pretende revolucionar la movilidad urbana, al pasar de las dos dimensiones del transporte terrestre a la tres del viaje aéreo.

Fotografía del vehículo aéreo autónomo de pasajeros Ehang 216 hoy, lunes 16 de abril de 2018, durante la presentación de un vuelo de prueba en el estadio de fútbol Amsterdam Arena en Amsterdam (Holanda). El Ehang 216 es el primer Vehículo Aéreo Autónomo (AAV) taxi-dron del mundo y puede transportar a una persona de hasta 100kg y un pequeño equipaje. EFE/Evert Elzinga

“Hemos realizado miles de pruebas en los pasados años para garantizar la seguridad, tanto con tripulantes como sin ellos, en diferentes condiciones atmosféricas”, afirmó.

Para Xiong, el mayor desafío no es la tecnología ni la regulación aérea, sino “cambiar la mentalidad” para que la gente perciba que volar en un dron “es seguro y barato”.

El ministro de Transporte austríaco, Norbet Hofer, no ocultó su entusiasmo por esta tecnología, que describió como “limpia y eficiente”, y sostuvo que el EHang 216 es más seguro y menos ruidoso que un helicóptero.

“Con este dron se puede viajar muy rápido desde el centro de Viena a los alrededores, es eléctrico, limpio y seguro”, sostuvo el ministro, y prometió impulsar lo más pronto posible un marco regulatorio para estos taxis autónomos.

“Hace años se hablaba de la movilidad con helicópteros, pero son ruidosos y caros. Este dron es silencioso, barato y casi no requiere infraestructuras”, abundó Hofer.

Para cambiar la percepción del público sobre la seguridad de estos drones, EHang organizó por primera vez en el mundo vuelos de prueba para representantes de la prensa en el estadio de fútbol vienés Generali Arena.

Estos drones funcionan de forma autónoma y el pasajero sólo debe seleccionar un destino prefijado -por ejemplo desde la parada del dron taxi hasta el aeropuerto- para que el vehículo despegue, vuele y lo deje en el lugar elegido.

Tanto la ruta como la altura del vuelo debe ser pactada por las autoridades de aviación civil y la compañía una vez que exista una regulación, según fuentes de EHang. Todo el trayecto se realiza de forma autónoma pero está supervisado por personal que interviene si hay algún problema.

El corto alcance de estos vehículos se debe a la capacidad de las baterías, que se pueden recargar en una hora, pero según mejore la tecnología, aumentará la capacidad para llevar más pasajeros y peso.

La movilidad aérea autónoma, antes que la terrestre

Machtlinger, por su parte, se mostró convencido de que la movilidad aérea autónoma llegará antes que la terrestre, porque es un sector totalmente nuevo por debajo de los 300 metros de altura.

“El vuelo autónomo será posible antes que la conducción autónoma, porque, a diferencia del tráfico vial, se desarrolla de forma completamente nueva”, resumió. Lo que parece seguro es que este tipo de movilidad llegará antes a China que a cualquier otra parte, según indicó Xiong. “La Administración de Aviación Civil de China está apoyando de forma decidida esta tecnología”, aseguró en declaraciones a Efe.

Como ejemplo, expuso que EHang está ya desarrollando con las autoridades chinas los estándares de certificación del sector.

En el ensayo realizado en el césped del Generali Arena, la nave ascendió unos 15 metros sobre el suelo, planeó durante unos segundos, y aterrizó de nuevo en el centro del campo.

“La sensación de vuelo es mejor que la de un helicóptero, más estable y silenciosa”, explicó Christian Bruna, fotógrafo de la European Pressphoto Agency -participada por Efe- que realizó un vuelo de prueba con el dron.

“Me sentí como en ‘La guerra de las galaxias’, cierras el portón y la nave despega sin que hagas nada”, describió el reportero la sensación de volar en un aparato autónomo.

No obstante, en el lado negativo, el reducido tamaño de la cabina hizo que incluso un vuelo de dos minutos fuera una experiencia incómoda. “No podía estar sentado derecho por la falta de espacio y debía ladear la cabeza”, señaló Bruna, que mide 196 centímetros.

 

Marzo – Abril 2019

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