¿EL FIN DEL COVID-19?

Por Eréndira Hernández

La pandemia de COVID-19 ha desencadenado una serie de sentimientos y reacciones en la población mundial, así como nuevas medidas, protocolos y una carrera biofarmacéutica para el desarrollo de nuevas vacunas contra el virus SARS-CoV-2; mientras el mundo espera que éstas sean las medidas más costo-efectivas para controlar la pandemia y disminuir los impactos en salud, economía y sociedad.

Normalmente el tiempo para aprobar una vacuna puede ser de entre 5 a 10 años, pero, la situación actual ha acelerado y acotado procesos de investigación y fabricación. Actualmente más de 150 vacunas están en desarrollo, sin embargo, no todas cumplen las especificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sólo dos o tres han sido aprobadas a nivel internacional, entre ellas la elaborada por Pfizer-BioNTech, de la cual nuestro país ha adquirido 34.4 millones de dosis.

Cómo funciona la vacuna de Pfizer- BioNTech

Hasta ahora las vacunas son cargas virales que no portan en sí el virus completo pues se le quitan ciertas propiedades para que no ataquen de forma agresiva.

La vacuna para COVID-19 que Pfizer-BioNTech crearon es de un nuevo tipo pues está hecha de ARN mensajero, conocido como ARNm, que en lugar de inyectar la proteína viral, una persona recibe material genético (ARNm) que codifica la proteína viral y cuando estas instrucciones genéticas se inyectan en la parte superior del brazo, las células musculares las traducen para producir la proteína viral directamente en el cuerpo; este enfoque imita lo que hace el SARS-COV-2 en la naturaleza, pero el ARNm de la vacuna codifica sólo el fragmento crítico de la proteína viral y esto le da al sistema inmunológico una vista previa de cómo se ve el virus real sin causar enfermedad y así proporciona tiempo al sistema inmunológico para diseñar anticuerpos poderosos que pueden neutralizar el virus real, si el individuo alguna vez se infecta. Si bien este ARNm sintético es material genético, no se puede transmitir a la siguiente generación.

La vacuna que llegará a nuestro país es en 2 dosis, después de ser aplicada a los 14 días se comienzan a generar anticuerpos licuados que sólo tienen entre un 50 y 70% de efectividad y con el refuerzo, a los 21 días de la primera dosis, se espera tener entre el 90 y 95% porque ninguna vacuna cumple el 100% de efectividad, pero, es importante recalcar que habrá que esperar para saber cuánto tiempo de efectividad tendrá a largo plazo.

En opinión del Dr. Ricardo Alejandro Sánchez Bárcenas, Médico General con maestría en Administración de Hospitales y Salud Pública, actualmente no todas estas vacunas cubren el potencial de formación de anticuerpos o de efectividad que se necesita y hay muchas dudas acerca de su efectividad a nivel global, pues los estudios se realizan en una pequeña parte de población localizada, cuando funciona se pasa a población más grande para posteriormente poder ser aplicada en poblaciones diferentes; “es cierto que se busca la misma efectividad, pero hay que recordar que todos tenemos diferente carga genética y composición”, opina.

México tiene vacuna

El viaje de la vacuna comienza en los laboratorios donde se produce, tras ser enfrascada comienza su proceso de ultracongelación entre -80 y -60 grados Celsius a fin de mantener sus propiedades intactas. Para hacer llegar las vacunas a distintos países, entre ellos México, la farmacéutica introduce el producto en contenedores móviles que utilizan hielo seco para poder mantener su temperatura de congelación mientras se trasladan por avión o barco hacia su destino. En nuestro país una vez que las instancias de salud reciban las dosis, éstas deberán retirarlas de los recipientes móviles para almacenarlas inmediatamente a temperatura ultra baja, evitando a cualquier costa el contacto con la luz solar hasta que esté lista para utilizarse. Para los países que carecen de la tecnología necesaria para mantener la ultracongelación, los productores les recomiendan mantener las vacunas en sus contenedores móviles con hielo y sólo descongelar las dosis que serán aplicadas a una temperatura de entre 2 y 8 grados por no más de cinco días. En este punto se podrá trasladar a hospitales y centros de salud mediante una refrigeración entre los 2 y 25 grados Celsius y su aplicación debe ser en un periodo no mayor a seis horas.

Así será el protocolo de vacunación en México contra el COVID-19

La vacuna será distribuida en cinco etapas. La primera será en este mes de diciembre y se enfocará a personal de salud con atención directa a pacientes COVID; de febrero a abril de 2021, el personal de salud restante y personas de más de 60 años serán vacunados como parte de la segunda etapa. La tercera es de abril a mayo de 2021, entre personas de 50 a 59 años; de mayo a junio toca el turno a personas de 40 a 49 años y al resto de la población se le vacunará de junio de 2021 a marzo de 2022 como última etapa. Menores de edad y embarazadas no entran en protocolo pues aún no se cuenta con los estudios contundentes enfocados a ellos.

Pero puede que ésta no sea la única vacuna que llegue a nuestro país, pues por invitación de México, los fabricantes rusos de la vacuna Sputnik V han presentado solicitud y documentación necesaria a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, COFEPRIS, para realizar estudios clínicos en nuestro país y obtener la autorización correspondiente, así lo informó el pasado 14 de diciembre el titular de la Secretaría de Relaciones

Exteriores (SRE), Marcelo Ebrad.

Hasta ahora los acuerdos con Pfizer prevén la vacunación para 116 millones mexicanos y de cerrar los tratos como han sido planteados, quedarán poco más 10 millones de dosis por cubrir. Y ante la duda de si es posible contraer la enfermedad dos veces el Dr. Alejandro Sánchez lo corrobora, pues hay alrededor de 100 casos documentados donde después de 3 a 5 meses, que se cree dura la inmunidad, puede haber una segunda infección con cierta modificación genética por lo que algunos segundos casos han sido más severos que el primero.

Y aunque la vacuna ya es una realidad en México, esto no significa que dejemos de lado los protocolos ya establecidos, por lo que es indispensable continuar con el uso del cubrebocas, el distanciamiento social y el lavado de manos; pequeñas acciones vitales contra el riesgo de contagio y propagación del virus. Se recomienda también contar con un oxímetro para medir la saturación de oxígeno en la sangre que no debe ser menor a 90% y mantener una dieta saludable pues lamentablemente México es primer lugar en obesidad infantil y el segundo en adultos, afección que genera enfermedades como la hipertensión o diabetes. Y sobre todo, es importante recordar que si bien la población más vulnerable ante el COVID-19 son las personas mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos e inmunocomprometidos, es decir pacientes con VIH, todos podemos estar amenazados ya que éste virus no discrimina.

El viaje de la vacuna comienza en los laboratorios donde se produce, tras ser enfrascada comienza su proceso de ultracongelación entre -80 y -60 grados Celsius a fin de mantener sus propiedades intactas. Para hacer llegar las vacunas a distintos países, entre ellos México, la farmacéutica introduce el producto en contenedores móviles que utilizan hielo seco para poder mantener su temperatura de congelación mientras se trasladan por avión o barco hacia su destino. En nuestro país una vez que las instancias de salud reciban las dosis, éstas deberán retirarlas de los recipientes móviles para almacenarlas inmediatamente a temperatura ultra baja, evitando a cualquier costa el contacto con la luz solar hasta que esté lista para utilizarse. Para los países que carecen de la tecnología necesaria para mantener la ultracongelación, los productores les recomiendan mantener las vacunas en sus contenedores móviles con hielo y sólo descongelar las dosis que serán aplicadas a una temperatura de entre 2 y 8 grados por no más de cinco días. En este punto se podrá trasladar a hospitales y centros de salud mediante una refrigeración entre los 2 y 25 grados Celsius y su aplicación debe ser en un periodo no mayor a seis horas.

Así será el protocolo de vacunación en México contra el COVID-19

La vacuna será distribuida en cinco etapas. La primera será en este mes de diciembre y se enfocará a personal de salud con atención directa a pacientes COVID; de febrero a abril de 2021, el personal de salud restante y personas de más de 60 años serán vacunados como parte de la segunda etapa. La tercera es de abril a mayo de 2021, entre personas de 50 a 59 años; de mayo a junio toca el turno a personas de 40 a 49 años y al resto de la población se le vacunará de junio de 2021 a marzo de 2022 como última etapa. Menores de edad y embarazadas no entran en protocolo pues aún no se cuenta con los estudios contundentes enfocados a ellos.

Pero puede que ésta no sea la única vacuna que llegue a nuestro país, pues por invitación de México, los fabricantes rusos de la vacuna Sputnik V han presentado solicitud y documentación necesaria a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, COFEPRIS, para realizar estudios clínicos en nuestro país y obtener la autorización correspondiente, así lo informó el pasado 14 de diciembre el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrad.

Hasta ahora los acuerdos con Pfizer prevén la vacunación para 116 millones mexicanos y de cerrar los tratos como han sido planteados, quedarán poco más 10 millones de dosis por cubrir. Y ante la duda de si es posible contraer la enfermedad dos veces el Dr. Alejandro Sánchez lo corrobora, pues hay alrededor de 100 casos documentados donde después de 3 a 5 meses, que se cree dura la inmunidad, puede haber una segunda infección con cierta modificación genética por lo que algunos segundos casos han sido más severos que el primero.

Y aunque la vacuna ya es una realidad en México, esto no significa que dejemos de lado los protocolos ya establecidos, por lo que es indispensable continuar con el uso del cubrebocas, el distanciamiento social y el lavado de manos; pequeñas acciones vitales contra el riesgo de contagio y propagación del virus. Se recomienda también contar con un oxímetro para medir la saturación de oxígeno en la sangre que no debe ser menor a 90% y mantener una dieta saludable pues lamentablemente México es primer lugar en obesidad infantil y el segundo en adultos, afección que genera enfermedades como la hipertensión o diabetes. Y sobre todo, es importante recordar que si bien la población más vulnerable ante el COVID-19 son las personas mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos e inmunocomprometidos, es decir pacientes con VIH, todos podemos estar amenazados ya que éste virus no discrimina.

¿Será el fin del COVID-19?

En Sudáfrica, surgió una versión similar del virus que, según los científicos que la detectaron, comparte una de las mutaciones observadas en la variante británica. Ese virus se ha encontrado en hasta el 90 por ciento de las muestras cuyas secuencias genéticas se analizaron en Sudáfrica desde mediados de noviembre.

A los científicos les preocupan estas variantes, pero no les sorprenden. Los investigadores han registrado miles de pequeñas modificaciones en el material genético del coronavirus a medida que se ha propagado por todo el mundo.
Algunas variantes se vuelven más comunes en una población solo por casualidad, no porque los cambios de algún modo potencien al virus. Sin embargo, a medida que se hace más difícil que el patógeno sobreviva, debido a las vacunas y a la creciente inmunidad de las poblaciones humanas, los investigadores anticipan que el virus puede obtener mutaciones útiles que le permitan propagarse con mayor facilidad o escapar a la detección del sistema inmunitario.

La variante británica tiene alrededor de veinte mutaciones, incluyendo varias que afectan la manera en que el virus se fija en las células humanas y las infecta. Estas mutaciones pueden permitir que la variante se replique y se transmita con mayor eficiencia, afirmó Muge Cevik, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de San Andrés, en Escocia, y asesora científica del gobierno británico.

Las preocupaciones se centran en un par de alteraciones en el código genético del virus que podrían hacerlo menos vulnerable a ciertos anticuerpos. No obstante, varios expertos pidieron cautela, con el argumento de que el virus tardaría años, no meses, en evolucionar lo suficiente como para volver impotentes a las vacunas actuales.
Inicialmente los científicos habían pensado que el nuevo coronavirus era estable y consideraban poco probable que escapara a la respuesta inmune inducida por la vacuna, dijo Deepeti Gurdasani, un epidemiólogo clínico en la

Universidad Queen Mary de Londres.

Varios artículos recientes han demostrado que el coronavirus puede evolucionar para evitar ser reconocido por un solo anticuerpo monoclonal, una mezcla de dos anticuerpos o incluso un suero convaleciente administrado a un individuo específico.

Por suerte, el sistema inmunitario del cuerpo en conjunto es un adversario mucho más formidable.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna inducen una respuesta inmune solo a la proteína S ubicada en la superficie del coronavirus. No obstante, cada persona infectada produce un amplio, único y complejo repertorio de anticuerpos contra esta proteína.

“Digamos que tenemos mil armas de grueso calibre que apuntan al virus”, afirmó Kartik Chandran, experto en virus de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York. “Sin importar cómo el virus se retuerza y entreteja, no es tan fácil encontrar una solución genética que pueda realmente combatir todas estas diferentes especificidades de los anticuerpos, sin mencionar los otros brazos de la respuesta inmune”.

En resumen: será muy difícil para el coronavirus escapar de las defensas del cuerpo, a pesar de las muchas variantes que pueda adoptar.

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