EL BAJÍO, UNA REGIÓN QUE MANTIENE SU PROMESA

Por Ángel Hernández Murillo

Lo sabemos: en México, las micro, pequeñas y medianas empresas aportan 42 por ciento del Producto Interno Bruto y generan 78 por ciento del empleo, de acuerdo con datos del Inegi. Sin duda, un reflejo de la importancia que tienen para la economía y también de la necesidad que existe de que sean apoyadas además de con financiamientos, con estrategias para transformar climas laborales y, con ello, reclutar al mejor talento para que el negocio prevalezca.

Lo sabemos: en México, las micro, pequeñas y medianas empresas aportan 42 por ciento del Producto Interno Bruto y generan 78 por ciento del empleo, de acuerdo con datos del Inegi. Sin duda, un reflejo de la importancia que tienen para la economía y también de la necesidad que existe de que sean apoyadas además de con financiamientos, con estrategias para transformar climas laborales y, con ello, reclutar al mejor talento para que el negocio prevalezca.

Y Claudia Calderón lo avala. Comenta que en el Bajío existe mucha variedad de organizaciones del sector manufactura, importantes como Borgwarner, Asahi Kasei,  Ethan Allen o 3M. Pero también hay empresas del sector salud, sobre todo laboratorios, lo mismo que inmobiliarias que a pesar de ser de las más golpeadas, no dejaron de buscar su certificación como Great Place to Work® ya que incluso ocuparon los primeros tres lugares en el ranking.
La importancia de poder contribuir al crecimiento del Bajío, desde el quehacer de Great Place to Work®, está en tocar toda esa diversidad de organizaciones, no en exclusiva el sector manufactura porque si bien se trata de un gran volumen, la transformación de los lugares en mejores lugares para trabajar debe cubrir también a empresas de todos los tamaños. Hay Pymes que hace falta tocar y será una de las estrategias que en 2022 Claudia Calderón pondrá en marcha.

«Gran parte del foco ha sido recuperar y mantener a nuestros clientes, pero ahora, empujaremos además del sector automotriz, al segmento del calzado, la manufactura de alimentos. En el Bajío tenemos empacadoras de hortalizas, de champiñones, de berries, de lechugas, son negocios que están despuntando y merecen nuestra atención para que sigan creciendo y puedan enfrentar los tiempos que vivimos», comenta la directora.

Desde su óptica, el objetivo es alcanzable dado que en el último año, Great Place to Work® ha buscado tener mayor cercanía con sus miembros mediante acciones que fortalecen la confianza que en años, el instituto ha ganado como asesor para la construcción de lugares de trabajo donde la Alta Confianza, se centra como el eje del negocio. Webinars, kickoffs, sesiones virtuales, foros de mejores prácticas, membresías y la publicación de contenidos de valor en medios de comunicación, han ayudado a promover esa sociedad con los clientes y que ellos perciban constancia y que, de verdad, existe una genuina labor por la persona, su centro de trabajo y el negocio.
Si se buscan, hay respuestas

Claudia Calderón está consciente de que el 2020 y lo que va del presente año, han sido de incertidumbre por lo cual las organizaciones se han vuelto conservadoras y cuidadosas de su presupuesto. Por eso, las invita a que se acerquen a Great Place to Work® y vean su modelo como el de una guía, no como un gasto, sino como acciones concretas que suman y porque además, cualquier negocio, de cualquier sector y tamaño, puede ser Great.

«Utilícenos como ese camino a seguir, no se aventuren con prácticas aisladas porque asuman que es lo que sus colaboradores esperan. Midan e implementen aquellas acciones que sí esperan y que, como organización, los lleven a mejores resultados. No es un proceso complejo y sí genera muchos beneficios».

La entrevistada platica que distintos clientes le hicieron saber que a pesar de la situación, decidieron mantener la certificación porque para sus colaboradores es un aliciente saber que permanecen en un gran lugar para trabajar, donde se generan beneficios, certidumbre, tranquilidad y sentido de pertenencia.

Muchos nos siguen viendo como si sólo nos interesara vender por vender, aunque en estricto no soy vendedora, soy consultora, acota Claudia Calderón. Y añade que independientemente de que le compren o no, le gustaría que la buscaran para eso, consultarla, que le preguntaran y le platicaran lo que están haciendo y ella ofrecerles un punto de vista profesional.

«Me gustaría que a Great Place to Work® lo vieran como un asesor; que no piensen para sí, híjole, no voy a saludar a Claudia porque a fuerza me va a querer vender, no es así… Sé que estamos en una situación económica complicada y que la transformación de una organización se dará cuando se sienta segura, estable. Pero eso significa que no podamos platicar sobre lo que se está haciendo en el Bajío y cómo nosotros podemos contribuir a la construcción de una mejor cultura laboral, a la búsqueda de mejores prácticas para que las organizaciones tengan mejores resultados», concluye.

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