CUATRO LISTAS INDISPENSABLES PARA SALIR DE DEUDAS

Toda deuda se paga, lo que necesita es una estrategia. Esa es una de las máximas del coach Alex Gudiel, director de Zona Cero, una organización que ayuda a reorganizar las finanzas a las personas que llegan a endeudarse más allá de sus fuerzas. Cuatro listas y dos sinceras conversaciones son el inicio del cambio.

“Me endeudé sin contarle a mi esposa. Como empresario, profesional, conocedor de buenos hábitos no logré controlar el nivel de endeudamiento, viví con los anticipos de los clientes para sostener las deudas contraídas, aunque realmente yo le decía la operación de la empresa, creo que construí mi nivel piramidal pero a la inversa: en lugar de ganar estaba endeudando”.

Con esta anécdota, Gudiel introduce uno de los mayores yerros: gastar sin calcular las consecuencias de no poder pagar un crédito.

“Cuando fue insostenible y era obvio que había un problema, nos quitaron la electricidad, atrasos en el pago del colegio, proveedores, planilla, etc.) me tocó contarle oficialmente a mi esposa que teníamos una deuda” recuerda.

Hoy Gudiel no solo salió de la incómoda situación, si no que ha trazado un método para no ahogarse  en el mundo de las tarjetas de crédito y de las deudas impagables.

“Lo ideal es que no se llegue a situaciones complicadas en el tema de la deuda, pero normalmente muchos llegan a las pérdidas financieras, emocionales, de salud y familiares para buscar ayuda y aceptar una intervención” aconseja el coach.

Lo que sugiere es que, al detectar problema de que no se puede poder pagar se deben tomar decisiones. Por ejemplo, si alguien no pudo pagar la totalidad de la tarjeta de crédito, dejarla de usar y enfocarse en pagar esa pequeña cantidad antes que sea imposible o difícil hacerlo

“Si hay un pequeño dolor, actuemos no esperamos estar en un quirófano para tomar una decisión” compara.

Gudiel estará aconsejando a quienes deseen preguntar sobre situaciones puntuales este miércoles 17 de junio a las 18 horas en el canal de YouTube de Prensa Libre, en un webinar titulado: “Cómo reducir mis deudas a cero”.

Las dos conversaciones incómodas

Como toda crisis, el primer paso es reconocer que hay un problema. Es imposible corregir el rumbo si no se cae en la cuenta de que hay un problema.

Pero la primera conversación incómoda es precisamente la que hay que tener sea con el cónyuge o con el familiar con el que se cohabita y se comparte un presupuesto.

Cuando Gudiel habló con su esposa lo describe como “un momento vergonzoso, aceptar esta situación. Tuvimos que aprender a vivir de acuerdo con nuestro nivel de vida, y tomar decisiones de administración de los recursos financieros”.

Sin esa conversación, no hubiera salido del problema en el que se encontraba.

La segunda conversación es hablar con los acreedores, personas o instituciones con las que se tiene la deuda y pactar unas condiciones lo menos dolorosas posibles.

“Es manifestar la situación actual (la pandemia).  La mayoría de las instituciones financieras tienen planes para apoyar” cuando la deuda se contrajo con una institución responsable.

Esto debe ser complementado con el incremento de ingresos. “Tenemos que vencer el temor, la vergüenza, el ‘no puedo’, y buscar de forma creativa y con inversión ‘cero’ esa nueva fuente de ingresos” señala.

Platicar con la familia de la nueva realidad es crucial para salir juntos de la deuda.

Las cuatro listas indispensables

Pero con platicar no basta. Es crucial que las decisiones se tomen de manera rápida y empiece a haber acciones que ordenen el caos que condujo a la deuda impagable. Para ello, recomienda tomar una hoja de Excel y comenzar a llevar ciertos datos:

Un control de gastos diario: Esto servirá para ver el patrón de egresos y los costos hormiga que podrían estar minando la capacidad de pago.

Un listado de deudas de honor y legales, para saber el total de la deuda y el pago mensual al que nos estamos enfrentando

Un presupuesto para determinar las necesidades básicas de la familia y saber cuáles son las próximas decisiones que se van a tomar.

Obtener el récord crediticio en la Superintendencia de Bancos para comparar las deudas con lo que aparece en los archivos de ellos.

“Esto lo que permitirá es definir qué hará con la deuda, vender algo, reducir gastos o incrementar ingresos”, indica.

Inteligencia emocional financiera

Gudiel también reconoce que, al apoyar a mucha gente nos dimos cuenta de que no lograban salir por más tiempo que uno les daba. Otros salían y, al poco tiempo, estaban nuevamente con problemas financieros.

“Me di cuenta de que tomaba ciertas decisiones muy parecidas a las que me llevaron al endeudamiento”. Al analizar esto, descubrieron que existían otras fuentes de caos: el problema del dinero no era el dinero, sino la inteligencia emocional para administrarlo.

Así como el presupuesto, el control de gastos diarios, el listado de deudas, el plan de ahorro, etc.– se deben tomar en cuenta otras áreas, como:

  • Finanzas clásicas
  • Bloqueos mentales
  • Disparadores emocionales

“Muchos no logran salir adelante ya que tienen bloqueos mentales que no les dejan pensar de otra forma y la mente o los pensamientos los hacen regresar a los patrones de deudas, así que primero debemos transformar nuestra forma de pensar para obtener resultados diferentes” indicó.

Lo emocional es clave para salir adelante.

Una de las personas que asesoraron fue un profesional creyó que el hecho de obtener un título era el camino al éxito financiero, y comenzó un año antes de graduarse a comprar cosas para su nuevo estilo de vida, sin pensar que primero hay que ganarse el dinero, administrarlo y luego gastarlo.

“Consiguió una tarjeta de crédito y pensó que era dinero en efectivo, y por la posición de los padres, el crédito autorizado fue alto, compró, gastó, y cuando se graduó, pasó dos años buscando un trabajo digno de acuerdo a sus notas y contactos, pero no lo logró y como es de esperar, terminó endeudado, sin trabajo y con la frustración emocional de no alcanzar su éxito profesional, se ordenó financieramente, pero le tocó trabajar al inicio en una empresa donde logró ubicarse, tener ingresos adicionales, pagó su deuda y ahora vive libre financieramente” recuerda el consultor.

Su visión es que es mejor mantener una deuda temporal que la esclavitud de pequeños pagos a lo largo del tiempo. Y mantener la mente abierta.

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