CUATRO CONSEJOS PARA MANTENER TUS FINANZAS PERSONALES AL DÍA

Tener las finanzas personales al día puede hacernos evitar sufrir de estrés por una mala situación económica.

A muchas personas les cuesta llegar a fin de mes y terminan sufriendo por ello. Si bien en muchos casos se debe a los bajos salarios y la alta inflación, lo cierto es que en la gran mayoría de los casos ocurre porque no llevamos bien las finanzas personales e incurrimos en gastos innecesarios. Es por eso que recopilamos cuatro consejos que te pueden ayudar a mejorar tu relación con las finanzas personales.

Reducir los gastos hormiga

Los gastos hormigas son los enemigos la buena salud en las finanzas personales. Estos son los gastos que se hacen, muchas veces de manera inconsciente, que aparentan ser inofensivos, pero suman al finalizar el mes. Un ejemplo es el típico desayuno en una cafetería. Si bien a casi todos nos gusta ir a tomar un buen café con medialunas, hacerlo todos los días pueden arruinar nuestras finanzas, en especial si se suman a otro tipo de gastos similares.

Por ejemplo, si el desayuno cuesta alrededor de USD 3 y se consume durante todo el mes laboral, el gasto crece hasta los USD 60, lo que quiere decir que perderemos USD 720 en un año, o más si aumenta.

Planear tus compras de manera anticipada

Planear las compras de manera anticipada es ideal para saber en qué se va a gastar y cuánto dinero. Un caso muy común es el del supermercado. En la mayoría de los casos, la sección de golosinas se encuentra llegando a la caja para que compremos al esperar. Sin embargo, si tenemos organizado el presupuesto de compras, no caeríamos en la tentación.

El comportamiento de los consumidores en los supermercados está estudiado al detalle por expertos que, por razones obvias, buscan que se consuma más. Ir sin planear las compras, y peor si se va con hambre, puede hacer que compremos alimentos que no necesitamos o poco saludables, así como también que gastemos dinero de manera innecesaria.

No abusar de la tarjeta

Otro error muy común es abusar de la tarjeta de crédito.  Es habitual cometer el error de hacer múltiples compras en cuotas porque “nos parece barato”. Por ejemplo, un teléfono celular de USD 500 puede ser muy costoso para algunos, pero pagándolo en 12 cuotas de USD 42 cada una ya es más accesible.

El problema viene cuando la suma de “cuotas inofensivas” llega a representar un gran porcentaje de nuestros ingresos. Lo ideal es que la deuda por compras pequeñas no represente más de un 25% de nuestros ingresos, aunque este número podría ser significativamente menor dependiendo los ingresos y gastos de las personas.

Por ejemplo, si tenemos que abonar el alquiler del hogar, normalmente asociado al gasto más importante, entonces el porcentaje de endeudamiento ideal tiene que ser mucho menor. Lo mismo si se tiene hijos o personas a cargo, si se tiene un vehículo costoso, etc.

Aunque para algunas personas, sobre todo aquellas que no pagan alquiler y quizás son solteros, endeudarse a niveles peligrosos como un 50% de los ingresos no es “tan malo”, hay que recordar que estas deudas en cuotas pueden estar representando varios años de nuestra vida pagando. En un caso así, no se contaría con la mitad de los ingresos por más de un año y nunca se sabe cuándo la vida puede cambiar radicalmente.

Tratar de no refinanciar la tarjeta y mirar el costo financiero total

Otro de los errores más frecuentes que afectan las finanzas personales, y que en muchos casos deriva de gastar gran porcentaje del sueldo como mencionamos en el apartado anterior, es pagar el saldo mínimo. Esto es un error fatal, por varias razones.

En primer lugar, al refinanciar la tarjeta, es decir, al pagar el saldo mínimo, se está “pateando” deuda para más adelante, por lo que al siguiente mes se deberá pagar más y más, haciendo un efecto “bola de nieve”. Los intereses se empezarán a acumular y subirá rápidamente el porcentaje del sueldo que se va a llevar el pago de la tarjeta, pudiendo incurrir en una cesación de pagos y todos los conflictos legales que eso trae.

En segundo lugar, los intereses suelen ser muy altos y existen otros gastos asociados, lo que se traduce en un costo total que supera porcentualmente varias veces el gasto inicial.

Por último, otro inconveniente consiste en no mirar el costo financiero total de una operación que vamos a hacer. El interés es importante, pero no lo es todo, ya que el costo financiero total es el porcentaje real que vamos a terminar abonando.

Muchas veces, nos topamos con publicidades que ofrecen comprar un producto en cuotas con tasas 0%, pero, en la “letra chica” del contrato, se aclara que existen cláusulas de ajuste y otros gastos que hacen menos atractiva a la promoción original. De esta forma, en muchos casos, la tasa 0% se convierte en tasa 20%, 30% o 50%, dependiendo de los niveles de interés que manejen los países.

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