Solo uno por ciento de la gente en México dice tener un “poder adquisitivo sin restricciones”, frente al nueve por ciento promedio de global.
- El 78 por ciento de los consumidores en México han asegurado que cambiaron sus hábitos de compra a raíz de la crisis sanitaria
- Casi seis de cada 10 compradores en el país apuntan que elegirán las marcas de menor precio en futuras adquisiciones
- Asimismo, la gran mayoría de las personas continuarán ajustando la forma en que ejercen su presupuesto durante todo el 2021
A pesar de todos los esfuerzos del gobierno, es indudable que la economía de todo México no solo no ha podido recuperarse de la pandemia. De acuerdo a un nuevo estudio de NielsenIQ, ocho de cada 10 personas en el país han dicho que la crisis de la COVID-19 afectó de forma negativa sus oportunidades financieras. Esta proporción es significativamente más alta que la del promedio global, que ronda el 73 por ciento. Pero eso no es todo lo que descubrió la firma.
NielsenIQ identificó que el 61 por ciento de la población en México están en el grupo de gente “recién limitada”. Estas personas vieron un empeoramiento de su condición financiera a raíz de la crisis, y están vigilando activamente recortar gastos en toda su cartera. A escala global, este sector se duplicó de septiembre a diciembre. Otro 21 por ciento están en el grupo “con poder adquisitivo, pero cautelosos”. Estos también vigilan sus compras, pero con menor énfasis.
En conjunto, ambos grupos de consumidores en México conforman el 82 por ciento de las personas que se han visto afectadas negativamente por la pandemia en su economía. El resto de la población ocupa, en su mayoría, la categoría de “limitados existentes”. Es decir, gente que antes de la crisis de COVID-19 tenían proyectos de ahorro agresivos para maximizar su escaso presupuesto. Menos del uno por ciento tienen una situación financiera igual o mejor.
La condición económica de México post-COVID
No es la primera vez que se advierte que la situación del país no es particularmente positiva a un año de iniciar la pandemia. El indicador más claro es la variación del Producto Interno Bruto (PIB), que INEGI (citado por Forbes) señaló fue de 8.5 por ciento con respecto a 2019. En ese momento ser reveló que las actividades industriales, como la producción automotriz, estaban entre las más afectadas. Pero el futuro no solo es oscuro porque hay mucho que reconstruir.
También hay perspectivas poco alentadoras para el crecimiento económico en el corto plazo. Hace unos días que el Banco de México (Banxico), de acuerdo con El Financiero, compartió sus estimaciones de recuperación para el PIB nacional en 2021. El aumento de este indicador sería de apenas un 3.7 por ciento, lejos de compensar las pérdidas del año de la COVID-19. No solo eso, sino que en años posteriores el ritmo de crecimiento aminoraría mucho más.
Pero como también lo refleja el estudio de NielsenIQ, este desplome no sería igual. Es claro que el impacto sería aún mayor en los hogares que de por sí ya son más vulnerables. Basta ver las cifras que cita UNICEF: En 2020, el 71 por ciento de los hogares con hijos vieron su ingreso disminuirse a raíz de la pandemia. Al contrario, solo el 55 por ciento de las unidades económicas de México en donde no hay menores de edad que cuidar sufrieron ese destino.
Otras dimensiones de la crisis económica
La población de México no solo debe de preocuparse por el hecho que su poder adquisitivo está en jaque y deteriorándose más rápido que en otras partes del mundo. Esta limitación en su capacidad de gasto definitivamente afectará a otros elementos de su vida diaria. En enero pasado, se dio a conocer que el costo por atender una infección por COVID-19 podría llevar a una cuenta millonaria sin seguro médico. Protección que pocos tienen o podrán adquirir.
También es importante mencionar que esta pérdida de poder adquisitivo se estaba viendo ya desde hace varios meses. Desde mayo pasado que un estudio apuntaba que el consumidor promedio de México tenía más miedo ante la situación económica que ante la pandemia. Por supuesto, esto sucedió antes que el país cruzara todos los peores escenarios de fallecimientos por COVID-19. Pero seguramente mucha gente aún piensa más en finanzas que en su salud.
